Después de haber sido
sólida como el hielo
donde los gélidos pasos
eran capaz de detener el
tiempo y de sonreír
en cámara lenta,
pasó una onda de calor
a la que apodaron amor,
la hizo llorar
hasta volverla líquida
y fluyó hasta evaporarse.
Como materia se comportó
y luego se transformó
para volver en forma de lluvia
y hacer las cosas
desde cero,
bajo cero.