Me gustas.
Puede que parezca que voy
muy rápido pero la velocidad
es lo único que acelera
corazones.
Si algo me ha enseñado
la poesía es a hablar
directo.
Mi intención no es llegar
en primer lugar,
si no, llegar al segundo
en que pueda tener tu atención.
Basta con unas pocas líneas,
unos pequeños renglones,
y una oración para sacarte
la sonrisa correcta.
Una que abra las blindadas
puertas de tu boca
y me permitan besarte
despacio cada partícula,
pues los únicos que llevarán
prisa serán nuestros corazones.