Poemas página 3

Vivo mi vida en un segundo piso, en el cielo ignorando lo que mis torpes pasos pudiesen pisar al caminar.

Te preocupas por tener una excelente puntuación. En buscar la palabra que mejor encaje en la conversación.

En esta larga distancia que he recorrido en mi vida he logrado afilar mi fina puntería.

Decidí olvidar aquello que nunca debió entrar a mis recuerdos.

Hago parte de los errores del ayer. Hago parte de ti y a su vez, soy el borrador de lo que alguna vez quizo ser una sonrisa.

Me he cansado de contar las veces que te veo y me enamoro más de ti.

Solo soy un pobre ser en busca de un poco de comida. ¿Me hablarías?

De qué me sirve haberte dado un beso si no lo recuerdas, ese será mi próximo poema.

Daría cada nano segundo de mi vida por la posibilidad de reemplazar la manzana de Newton.

Me gustaría empezar por un hola, como te gusta a ti, pero en verdad a mí no me gusta.

A lo largo de mi historia, he tenido tiempo de experimentar algunas leyes que explican los fenómenos de los besos.

Sé que no me besas para que no piense nada malo de ti.

Reconozco esa forma tan peculiar de llamar a la puerta. Esos suaves golpes solo pueden ser de ti, tristeza.

Nunca creí que aquellas falsas palabras pudieran tardar tanto tiempo en desaparecer de mi cuerpo.

Hola. Quizás no me conozcas. pues yo a ti tampoco.

Te juro que no te vengo siguiendo. Soy un simple mensajero con el mismo camino.

Mi equipaje es pequeño y no puedo llevarte ahí dentro.

Otra vez el mismo error. Odio, con todo mi ser, que no tenga la autoridad para revolcar todo el lugar y encontrar mi objeto perdido.

Llevo tiempo pensando en cómo hacerte el robo más hermoso al material más precioso que conozco.

Me bebo poco a poco el vino que me ayuda a pasar este trago amargo cuando vino.