La condena
Cuánto tiempo sin hablar. Hace tiempo, no te escribía. Hace tiempo, no me leías. Qué tan cerca podemos estar, si cerca nunca hemos estado. Pero el día que dejé de hablar notaste mi ausencia. Tal vez grito, tal vez lloro, lo que sí es seguro es que no me escucho. En el silencio mis gritos son más fuertes, al menos lo son en mi mente. Quisiera creer que mis letras han hecho falta. La ausencia crea los espacios vacíos, pero la presencia no los llena presencia. En ocasiones extrañamos cosas que nunca fueron, que nunca sucedieron, que nunca sucederán. A veces extrañamos vacíos creados por nuestra imaginación, y es esa misma, la juez, encargada de condenarnos para siempre, al vacío.
Por: Pablopvsky
El mundo no es tan teso