Seamos infieles
al protocolo,
sin etiquetas
y con mala educación,
déjame hablarte al oído
mientras me permito
tocar tu corazón
por encima de tus peros
para que tus pies
se vuelvan ligeros,
y que ni las leyes
ni la lógica
puedan evitar
ponerte contra mi pared
para que sientas
que das pasos por el aire
mientras que tus estrellas
van cambiando de color.
Uno a uno los esfuerzos
te hagan mirar al cielo
y tus ojos tan hermosos
como el universo
se vuelvan místicos
como los de medusa
pues con tan solo
mirarme fijamente a los ojos
me vuelvan duro como una piedra.
Que cada músculo
se pongan tenso
marcando de placer
los delicados detalles
de tu cuello
y cada vez
se te dificulte
más respirar,
porque el aire
va a ser el más pesado
de toda la galaxia
esa en la que le vamos a serles
infieles a tus protocolos
a las leyes y a la lógica.
Nadie se va a enterar
pero yo me encargaré
de contarles
sin decir una sola palabra
porque serás tu
quien les dirás a gritos
con tus propios labios.