Tengo una pequeña hipótesis
que basé en la atracción
de nuestras miradas.
He conocido
muchos tipos de gravedades,
pero la que veo en tus ojos
ha sido la atracción más intensa.
No creas que soy superficial
y lo único en lo que me he fijado
ha sido en la física,
pues me bastó con unos cuantos segundos
para congelar el tiempo,
ver cómo estabas compuesta,
y sentir que entre nosotros hay química.
Según mis cálculos
solo necesitamos un poco de calor,
otro tanto de presión;
para que nuestra temperatura
llegue al punto de ebullición,
como vapor
tú cuerpo se mezcle con el mío
y seamos el gas más voluble
uno que al mínimo rose
vuelva a estallar con toda su intensidad,
una explosión que solo tu y yo veamos.
Solo me queda una pregunta,
para verificar la veracidad
de mi hipótesis.
He acudido a ti
en busca de una respuesta:
¿Quisieras experimentar conmigo?