Peligro: Alto voltaje

Nunca había conocido a alguien
que pudiera controlar
el cielo y la tormenta
como lo hacia ella.

No llevaba guantes
ni ningún tipo de protección
solo las historias del pasado,
que la volvieron
resistente.

No necesité de letreros
para saber que era peligrosa,
y eso me gustó.

Desde el preciso momento
en que me crucé con su mirada,
sentí como al tacto caía en mí,
un rayo
que recorrió uno a uno
mis nervios de acero.

Nunca pensé toparme
con una tormenta que a la velocidad
de la luz me dejara tan empapado
y me viera obligado a quitarme
la ropa,
y secarme;
al calor de los besos,
al calor de nuestros cuerpos.

Podía sentir como el cielo
se tornaba violento
y en forma de venganza
caían rayos sobre mí
en repetidas ocaciones
una y otra vez.

Tuve tiempo de guardar en mis
recuerdos el aroma, el sabor
y la textura de los rayos,
pero no quedó probabilidad absoluta
que una tormenta tan intensa
se volviera a fijar en mí.

Cuando te cae un rayo
el mayor riesgo
es que deje tu corazón
hecho pedazos.

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