Me gustaría empezar
por un hola,
como te gusta a ti,
pero en verdad a mí
no me gusta.
Soy consciente de tu dulzura,
aunque prefiero las galletas
de sal con mi café.
Podría hacer un listado
de las que amo
que detestas con todo tu corazón,
pero hoy me saltaré la introducción
para avanzar directamente
a la página que nos interesa.
En esa en la que estamos
tú y yo en la misma línea.